En la segunda parte de su entrevista con el periódico español *El Confidencial*, el príncipe Hicham Alaoui, primo del rey Mohammed VI, abordó el conflicto público entre los servicios de inteligencia marroquíes. Al ser preguntado si este conflicto podría generar más tensión para la monarquía, respondió:

"Para mí, esto no es una guerra entre agencias de inteligencia, sino más bien un profundo defecto, una enfermedad, que ha afectado a todas las agencias de seguridad. Tras la Primavera Árabe y con el control cada vez más estricto del régimen, estas agencias han excedido su autoridad y adoptado prácticas extremadamente reprobables: interferir en la vida privada de las personas, inventar escándalos sexuales, chantajear, distorsionar la imagen de las personas y condenarlas a una muerte simbólica. Esto es extremadamente peligroso y está también condenado desde una perspectiva islámica. Uno de los principios básicos del gobierno islámico es la protección de la dignidad humana. Sin embargo, las agencias de seguridad han convertido esto en una industria privada, especializándose en el chantaje y controlando a las personas de esta manera."

El príncipe Hicham continuó explicando que este sistema se basa en la vigilancia, la manipulación judicial y el aislamiento económico, y enfatizó que estas agencias no solo han atacado a los ciudadanos y opositores, sino que también han comenzado a utilizar estos métodos contra sus propios líderes y directores.

"La decadencia ha llevado a la insensatez, que se ha convertido en irresponsabilidad al intentar imponer al rey quién puede o no tener relaciones o pertenecer a su círculo íntimo. Los servicios de seguridad han lanzado campañas contra personas del círculo palaciego, desafiando así el gobierno del rey Mohammed VI y su propia posición. Cualquier controversia o acusación que afecte a la familia real debería ser abordada por la vía legal. Sin embargo, estas cuestiones han sido manipuladas por los servicios de seguridad."

El príncipe Hicham advirtió que estas prácticas han dañado profundamente la moral de los empleados de las instituciones y de los ciudadanos leales y patriotas que solo desean proteger los intereses de la nación. "Hoy en día, es necesario monitorear este tipo de operaciones, ya que afectan a cuestiones no solo profundamente contrarias al islam, sino también a la privacidad marroquí. Si este desequilibrio no se aborda a tiempo, conducirá a la fragmentación."

Finalmente, subrayó que Marruecos ha experimentado prisiones secretas, como Tazmamart, donde se cometieron graves violaciones de derechos humanos, pero el tejido social marroquí nunca antes había sido tocado. "Nunca habíamos profanado lo que nos permitía vivir juntos durante siglos y soñar con un futuro común. Hoy, esto está sucediendo. Si perdemos eso, lo perderemos todo."